Para la primera entrada del blog, he decidido escribir sobre uno de los temas que más me apasiona de la psicología infantil y uno de los más útiles para las familias, hablamos de la psicología relacional.
Muchas veces, cuidamos, protegemos, nos esforzamos en ser mejores padres, en educar con empatía, en ayudar a nuestros pequeños a crecer, buscamos que no cometan nuestros errores, les aconsejamos, les mimamos, etc. pero hay una parte fundamental en el desarrollo del niño que es la relación que establecen con sus padres. Estaríamos hablando de cómo perciben al otro y cómo el otro percibe al niño.
Durante los primeros meses de vida, se establecen conexiones que hacen que comencemos a desarrollar un sistema de relación con el otro, el primer contacto será con aquella persona que le cuide y cubra sus necesidades básicas.
El tipo de relación establecido en estos primeros meses, será crucial para el desarrollo de niño pues tendrá efecto en la composición de su personalidad y en la forma en que, en un futuro, se relacione con los demás.
Muchas veces los padres y madres intentan cubrir los cuidados básicos del niño, pero nos olvidamos de relacionarnos con ellos, de preguntarles como están, de hablar de temas que al niño le interesen, de sus preocupaciones, de observarlos en su expresión e intentar que exprese esa emoción que hay detrás del rostro o bien, simplemente de compartir un momento juntos donde el único objetivo es estar con el otro.
Es por ello que es fundamental cambiar el foco con el que vemos a los niños y centrarnos en estar con ellos y qué mejor forma de estar con ellos que hacerlo a través de su idioma: el juego.